Puerto Macondo, aportes / La perspectiva

<<Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra>>

Gabriel Garcia Marques.

Discurso, premio nobel.

Los pueblos afroamerindios siempre hemos tenido esperanza. Macondo es mar, es río y volcanes de lodo; es fiesta, es encuentro, es familia y es gratitud acrecentada. En la bocana del acompañarnos se desconjura la soledad, el agua del río llega al mar y desde allí retorna a la montaña para en el friaje hacerse páramo.

Desde las neblinas misteriosas de la Sumapaz, el páramo más exuberante del planeta, estas aguas se hacen nubes, un friaje que cobija y alimenta el esplendor de la abundancia de la exuberante amazonía, palabra de vida, palabra acción que desdibuja las dualidades con la multicolor gracia de la Guacamaya, con la sabiduría milenaria de sagrada anaconda, con la fuerza ancestral del Jaguar humanizado.

En Sao Paulo y con la sabiduría de la resistencia afroamerindia, esta palabra de consejo hecha canto y hecha danza se dispone a ser agua de vida que retorna al Puerto de los encuentros, donde re-existen con la magia de la memoria el cuidado de la tierra del aire y del fuego, el cuidado de la comunidad, somos agua, nacemos en el agua y retornamos al agua, y desde el agua que somos reconocemos este segunda oportunidad que nos permite festejar el kilombo de la unidad.